Después, al estar examinando mis
notas, me topé con esa frase y no pude
recordar el contexto de la misma, así que fui a uno de los pasajes que citó el
predicador y, ¡vaya descubrimiento! El pasaje era el Salmo 87. Después de
buscarlo emprendí un viaje muy interesante que me llevó a conocer la realidad
de esa frase que él había dicho. En efecto, ¡yo necesitaba nacer en Sion! Usted
también, así que vamos al Salmo 87 y empecemos desde ahí.
Su cimiento está en el monte santo.
Ama Yave las puertas de Sion más que todas las moradas de Jacob. Cosas
gloriosas se han dicho de ti, Ciudad de Dios. Yo me acordaré de Rahab y de
Babilonia entre los que me conocen; He aquí Filistea y Tiro, con Etiopía; Este
nació allá. Y de Sion se dirá: Este y aquél han nacido en ella, y el Altísimo
mismo la establecerá. Jehová contará al inscribir a los pueblos: Este nació
allí. Y cantores y tañedores en ella dirán: Todas mis fuentes están en ti.
Hay muchísimo que ver en este
capítulo, pero lo primero que quiero investigar es en relación a lo que dice en
el verso 2: «Ama Yave las puertas de Sion MÁS que todas las moradas de Jacob».
Mi primera pregunta al leer esto fue: «¿Qué tiene de especial Sion que no
tengan las otras moradas? Por qué amará más el Señor esta habitación que todas
las demás?» Esto me llevó a otros pasajes de la Biblia que trataban con Sion y
encontré algo todavía más interesante. Dios no tan solo «ama» las puertas de
Sion, sino que VIVE en Sion, la tomó como su habitación. Aquí están algunos
versos para comprobarlo:
Cantad a Yave, que habita en Sion. Salmo 9.11
Hermosa provincia, el gozo de toda
la tierra, es el monte de Sion, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey. Salmo 48.2
Este monte de Sion, donde has
habitado. Salmo 74.2
Y su habitación en Sion. Salmo 76.2
Sino que escogió la tribu de Judá,
el monte de Sion al cual amó. Salmo
78.68
Pero de todos los versos que había
leído a estas alturas, el que más me impactó fue el siguiente:
Porque Yave ha elegido a Sion; la
quiso por habitación para sí. Salmo 132.13
Esto nos da a entender, lógicamente,
que el Señor tenía una opción de donde vivir. Él pudo haber elegido cualquier
otro lugar donde vivir y sin embargo se va a vivir a Sion. Casi puedo
imaginarme al Señor viendo todas las diferentes opciones que tenía para donde
ir a vivir, y de todos eso lugares, posiblemente algunos de ellos muy
atractivos y bonitos, pero no había nada que se comparara a Sion, así que
escogió irse a vivir ahí.
¿Qué ha de haber sido lo que le
llamó la atención al Señor como para escogerlo como morada? ¿Cuáles habrán sido
las cosas que Él buscaba para una habitación? Esto es lo que a mí me intrigaba
saber, porque a mí en lo personal me interesa saber dónde vive Dios, ya que ha
de ser un lugar impresionante, y si El escogió Sion, yo quiero saber por qué.
Siendo usted y yo personas que
vivimos en una generación materialista a lo máximo, nos damos cuenta de que no
tenemos que satisfacernos con una sola cosa, sino que el mismo consumismo
humano nos ha permitido tener miles de opciones a la hora de querer comprar
algo.
Si alguien se va a mudar a otra área
residencial, por ejemplo, busca las mejores opciones, dentro de sus
posibilidades económicas, y se muda. Vivimos en una época de la historia humana
donde más opciones tenemos para las cosas. No tenemos que estar satisfechos con
cualquier cosa, porque al rato llegará una persona que nos ofrecerá algo mucho
mejor.
En todas nuestras ciudades hay zonas
residenciales que se caracterizan por diferentes cosas. La zona donde vive toda
la gente adinerada, por ejemplo, es hermosa y con todos los lujos, porque ahí
viven los que pueden pagar para tener esos lujos. Los sectores donde vive toda
la gente de clase media, baja, obrera, en fin, tiene características propias de
sus habitantes.
Cuando abren una urbanización nueva,
anuncian todas las características positivas que tiene. Hacen anuncios enormes
con dibujos de cómo piensan tener la colonia cuando esté terminada. ¿Se imagina
la cantidad de lotes que podrían vender de un fraccionamiento donde anuncien
«El Lugar que quiso Dios por Su habitación»? No se darían abasto. Todos
querrían comprar el lote de al lado del de Él. El fraccionamiento Sion. Lugar
muy interesante. La habitación de Dios. Vamos a ver cuáles son las cosas que
hay en Sion que lo hacen un lugar tan especial.
Lo que distingue a Sion
Uno de los pasajes, de varios, que
nos dan mucha luz con respecto a Sion es jeremías 31.12.
Y vendrán con gritos de gozo en lo
alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al
ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y
nunca más tendrán dolor.
¡Con razón le gustó al señor este
lugar! Mire nada más todo lo que hay aquí. Primero, pan. El pan en la Biblia
representa la satisfacción de todas nuestras necesidades físicas. En Sion nunca
hay hambre porque siempre hay pan, la provisión divina y diaria «
El apóstol Pablo también nos dice:
«Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria
en Cristo Jesús» (Filipenses 4.19). Tenemos un Dios que se interesa en las
necesidades físicas y naturales de cada uno de sus hijos, y no los va a
abandonar. En Mateo dice: «Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan,
ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis
vosotros mucho más que ellas?» (Mateo 6.26). Muy buena pregunta con una
respuesta obvia: claro que sí. El se encargará de que cada habitante de Sion
tenga su porción de pan y de que esté bien alimentado.
En segundo lugar, en Sion también
tenemos vino. El vino en muchas ocasiones en la Biblia se utiliza para
representar alegría, gozo y regocijo. Se usaba el vino en las celebraciones y
en las festividades. Cuando Cristo, en el capítulo 3 de Juan, visita una boda
en Cana, se une a la festividad y les saca del apuro pues se les había acabado
el vino.
En la gran visitación que hubo en el
aposento alto en el Día de Pentecostés, en donde fue derramado el Espíritu
Santo sobre todos los que estuvieron presentes y empezaron a hablar en otras
lenguas, vemos que la gente que estaba alrededor pensaba que todos los que
estaban en el aposento alto se habían emborrachado (Hechos 2.15).
¡Han de haber tenido un escándalo
tremendo como para que todos pensaran que estaban borrachos! Me puedo imaginar
que estaban gritando, aplaudiendo, cantando y riendo, igual como lo hacen los
borrachos. ¿Nunca se ha fijado cómo un borracho tiene un ambiente que lo rodea?
Normalmente es un ambiente con mucha música, mucho compañerismo (el borracho
hace del extraño su mejor amigo), mucha risa y mucho valor (se le enfrenta a
cualquiera y a nadie le tiene miedo).
El apóstol Pablo nos exhorta a no
embriagarnos con vino sino de ser llenos del Espíritu Santo (Efesios 5.18),
implicando con este verso que el embriagarse con el vino del Espíritu tiene
algunos de los mismos efectos que el embriagarse con el vino natural. En Sion
hay suficiente del vino del Espíritu para todos sus habitantes. Hay suficiente
gozo del Señor como para después compartir con los demás/ ¡sin costo adicional!
Con razón Sion es un lugar que le agrada a Dios: hay gozo, alegría y regocijo.
Yo creo que tenemos un Dios más alegre que muchos de nosotros.
En tercer lugar, en Sion hay aceite.
Podemos ver varias aplicaciones en la Biblia para el aceite. Voy a tomar sólo
dos en esta ocasión. 1) La unción del Espíritu Santo. Cada uno de nosotros
necesitamos ese derramamiento de aceite en nuestras vidas para poder movernos
en el poder y en la fuerza del Espíritu Santo y no en nuestras propias fuerzas.
Cada uno de nosotros necesitamos que el aceite de Su Espíritu haga arder en nosotros
el fuego del candelero, igual como estaba en el Lugar Santo del tabernáculo de
Moisés. Ahora que nosotros somos el tabernáculo y la morada de Dios, y ahora
que Él habita en nuestros corazones, en nuestro Lugar Santo debe haber continuo
aceite en el candelero de nuestra vida para que siempre podamos caminar en la
luz de Su Espíritu. Jesús dijo que iba a mandar el Consolador para enseñarnos
todas las cosas y para recordarnos todas las enseñanzas de nuestro Señor (Juan
14.26).
Cada uno de nosotros necesita la
presencia del aceite del Espíritu para poder andar en Su luz. 2) La sanidad que
es para todos. El aceite también se utiliza en la Biblia para hablar de la
sanidad. Cuando el Buen Samaritano se encarga de auxiliar al comerciante
herido, ¿qué es lo que le pone? Aceite y vino. Jeremías 8.22 dice: « ¿Acaso no
hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina
para la hija de mi pueblo?» El bálsamo era aceite que derramaban en las heridas
para sanidad. ¡Qué hermosa aplicación para los habitantes de Sion! En Sion hay
sanidad para cada enfermedad. Es cuestión sólo de recibirla, porque en Sion el
aceite fluye libremente. El dulce bálsamo del Señor corre sobre las heridas de
cada uno de sus habitantes trayendo descanso y sanidad. ¡Con razón el Señor
«quiso» a Sion como su habitación! ¡Qué lugar tan especial! ¿No cree?
El cuarto aspecto que vemos en este
pasaje acerca de Sion es el de «ganado de las ovejas y de las vacas». De
repente, en mi estudio de Sion me quedé trabado. No pude concebir por qué el
Señor quería darnos vacas y ovejas. ¿Nunca se ha dado cuenta que cuando no
entendemos algo muy bien en la Biblia nos encontramos leyendo con mucha
rapidez, pasando a lo que sigue? Pues así me encontré leyendo este pedacito del
verso. Pero un día, antes de compartir este mensaje en un congreso en la ciudad
de México, me detuve y le pregunté al Señor: «¿Señor, por qué quieres bendecir
a los habitantes de Sion con ovejas y vacas?» Nunca he escuchado la voz audible
del Señor, aunque hay algunos que dicen que ellos sí la han oído.
Lo que sí sé es que el Señor, en
muchas ocasiones, me ha hablado como en esta. De repente, lo pude ver con toda
claridad: ¿Cómo era que medían la riqueza o la prosperidad de un hombre de
aquellos tiempos? ¡Por la cantidad de ganado que poseía! Pude entender que el
Señor no tan solamente quiere suplir nuestras necesidades de cada día (el pan
que hay en Sion), sino que quiere también prosperarnos y bendecirnos. Ahora,
esta prosperidad no es con «fines de lucro», sino con el fin de bendecir a las
naciones de la tierra. Deuteronomio 28 dice que Él nos abrirá el buen tesoro
del cielo y nos bendecirá abundantemente si guardamos sus mandamientos y le
somos obedientes. ¿Con qué fin? «Prestarás a las naciones». Siempre la bendición
del Señor sobre su pueblo es para que ellos puedan bendecir a otros. Su
bendición nunca es para tener grandes cantidades de dinero en el banco y para
vivir vidas ostentosas ya que esto atrae más atención al hombre que a Él.
Su propósito en bendecirnos es para
que por medio de nosotros Él pueda bendecir a los pueblos de la tierra. Dios
nos libre de la mentalidad que ha surgido en algunos países donde se enseña un
cristianismo de ostentación y de «prosperidad» falsa, que mide la «bendición» del
Señor sobre los distintos ministros por medio del coche que manejan o por sus
trajes de 3 mil dólares y sus relojes que presumidamente portan como para así
decir que Dios está con ellos. Si Dios está con la gente próspera, si la
prosperidad es sinónimo de unción entonces que nos libre, porque que hay miles
de magnates del petróleo viven en ostentosa prosperidad, ¡pero doblan la
rodilla ante Mahoma! De ninguna manera debemos permitirnos desviar por esta
falta de balance en la enseñanza pura de la Palabra, sino que debemos entender
que el Señor desea hacernos prósperos lo suficiente para ser canales de
bendición a muchos otros y para extender su Reino en toda la tierra...
Yo creo que en estos tiempos Dios
quiere levantar a muchos hombres de negocios latinos prósperos para poder
invertir mucho dinero en el Reino de Dios en toda la tierra. Dios está
bendiciéndonos para que nosotros tomemos ejemplo de Él y bendigamos a cuantos
podamos. ¡Con mucha razón al Señor le gustó Sion! Es un lugar de bendición,
prosperidad y generosidad. ¿A quién no le gustaría vivir en un lugar así?
El quinto aspecto de Sion que vemos
en jeremías 31.12 es: « Si... su alma
será como huerto de riego». ¿Ha visitado usted alguna vez un huerto después que
lo han regado? ¿Se ha deleitado en el olor tan hermoso del agua, mezclado con
la tierra y las flores que se encuentran en los árboles? Huele a fresco, a
limpio. ¡Qué delicia! ¡Qué deleite! Así «huelen» las personas que moran en
Sion. Tienen una frescura del Señor notable en sus vidas. No están llenos de
complejos y de temores sino que están llenos del agua de la palabra de Dios en
sus vidas y emiten un «olor» fragante a todos con quienes entran en contacto.
¿Ha conocido alguna vez a alguien que cuando llega a un lugar trae consigo una
frescura, un dinamismo y una palabra de aliento? Muy probablemente es alguien
que habita en Sion.
De la misma manera, ¿nunca se ha
dado cuenta que hay personas que cuando llegan a un lugar traen un olor
apestoso y horrible? En lugar de traer ánimo, tienen una palabra de pesimismo o
negativismo. Siempre viendo el lado oscuro de las cosas, o como dice mi amigo
Jorge Lozano, «con el espíritu de la sospecha». De todo dudan, todo cuestionan
y de todo sospechan. ¡Qué desagradable es estar con esta gente! Es muy probable
que sean personas que no habiten en Sion. Es urgente hacerles una invitación a
que conozcan que en Sion su alma puede parecer «huerto de riego». ¡Con razón le
gusta este lugar al Señor! ¡Todos huelen bonito'
La sexta cosa que nos enseña este
pasaje acerca de Sion es que «nunca más tendrán dolor». iiiGuauu!!! ¿Qué más
pudiéramos pedir? No tan solo tenemos todas nuestras necesidades suplidas, el
gozo del Señor, la llenura de Su Espíritu, su sanidad para todas nuestras
enfermedades, la bendición y la prosperidad para ser generosos, la frescura de
su Espíritu, sino que también tenemos la promesa de que nunca más tendremos
dolor. ¡Qué increíble! La mayoría de las personas en esta vida se la pasan
constantemente buscando «remedios» para el dolor. En ocasiones recuerdo que en
Durango, en la colonia donde vivíamos, pasaban de vez en cuando algunos
vehículos con bocina encima anunciando el «polvito mágico que lo cura todo».
Daba mucha risa escucharlos: « ¿Le
duele la muela? ¿Le duele el codo? ¿Siente que no tiene fuerzas para trabajar?
¿Batalla para digerir la comida? ¿A veces tiene punzadas en el pecho? ¿El ojo
derecho le llora mucho? ¿Se le está cayendo el cabello? Pues cómprese el
polvito de cascabel de víbora y se le van a quitar todos esos dolores. Sólo por
hoy se lo vamos a vender al dos por uno». Lo verdaderamente increíble es que se
les juntaba la gente queriendo comprar esos remedios que probablemente eran las
estafas más grandes del momento. Pues en Sion hay un remedio de remedios, una
solución a todos los dolores, una provisión para cada una de nuestras
dolencias. ¡Con mucha razón el Señor escogió este lugar como su habitación! ¡No
estaba de más! ¡Es un lugar muy especial este lugar llamado Sion! ¿No le
gustaría vivir en el fraccionamiento Sion?
¿Dónde es Sion?
Sabemos que en Israel hay un monte
que se llama «Sion». ¿Habrá que ir a ese monte para experimentar todo lo que el
Señor promete para el que habita ahí? ¿Tendremos que hacer peregrinaciones a
ese lugar para poder obtener todos sus beneficios? Creo que usted ya sabe la
respuesta a esa pregunta: NO. Entonces, ¿dónde será este lugar tan maravilloso
donde vive Dios? La respuesta está en un verso que hemos leído tantas veces,
que hasta lo leemos con cierta automatización:
Pero tú eres Santo tú que habitas
entre las alabanzas de Israel. Salmo
22.3
¡Ahí está! ¡Eso es Sion! Cada vez
que usted y YO levantamos nuestras manos y nuestra voz para aclamar y bendecir
el nombre de nuestro Señor, en ese lugar estamos construyendo un Sion, donde Él
puede venir a morar.
Cada vez que elevamos nuestro corazón a Él en sinceridad, amor y entrega, para exaltar, ensalzar y honrar Su grandeza y Su poder, Estamos creando en ese lugar un Sion donde Él puede descender en toda Su gloria sobre nosotros y traernos todas las cosas que vimos en la sección anterior: pan, vino, aceite, prosperidad, frescura y liberación.
Esto quiere decir que en cualquier lugar que usted esté, lo puede convertir en una habitación para el Señor. No importa si está lavando los platos después de la comida, ese lugar puede convertirse en un Sion. Si está conduciendo su auto rumbo al trabajo, o si va por el metro o en algún sistema de transporte público rumbo a la escuela. Ese lugar usted lo puede convertir en un Sion. No importa el lugar, lo que importa es que el Señor está deseoso de que le demos un lugar para que Él pueda descender y darnos todas las bendiciones que promete para los habitantes de Sion.
Cada vez que elevamos nuestro corazón a Él en sinceridad, amor y entrega, para exaltar, ensalzar y honrar Su grandeza y Su poder, Estamos creando en ese lugar un Sion donde Él puede descender en toda Su gloria sobre nosotros y traernos todas las cosas que vimos en la sección anterior: pan, vino, aceite, prosperidad, frescura y liberación.
Esto quiere decir que en cualquier lugar que usted esté, lo puede convertir en una habitación para el Señor. No importa si está lavando los platos después de la comida, ese lugar puede convertirse en un Sion. Si está conduciendo su auto rumbo al trabajo, o si va por el metro o en algún sistema de transporte público rumbo a la escuela. Ese lugar usted lo puede convertir en un Sion. No importa el lugar, lo que importa es que el Señor está deseoso de que le demos un lugar para que Él pueda descender y darnos todas las bendiciones que promete para los habitantes de Sion.
Puedo imaginarme al Señor sentado
sobre su trono. Miguel a su izquierda y Gabriel a su derecha. Están arriba en
el cielo haciendo lo que hacen todos los días, mandando una sanidad para allá,
un milagro para acá y muchas otras cosas más. Cuando, de repente, el Señor hace
un movimiento con la mano, que todos ya saben que quiere decir «silencio». El
coro angelical deja de cantar, los músicos celestiales dejan de tocar y todo se
torna en un silencio total. Se levanta el Señor de Su trono y se asoma por el
balcón de los cielos para ver qué es lo que sucede. Se nota que está escuchando
algo. Gabriel y Miguel se dan unas miradas de reojo, sabiendo lo que está
pasando porque ya les ha pasado muchas veces en el tiempo que llevan con el
Señor. Apenas se alcanza a escuchar el sonido de un canto: «Me gozaré. Me
alegraré. Y cantaré al Señor. Porque han llegado las bodas, del Cordero de
Dios». El Señor se acerca con Miguel y le dice: « ¿Escuchas eso?» Miguel le
contesta: «Sí, Señor, qué precioso se oye».
El Señor le dice: « ¿Sabías que son
mis hijos?» Miguel le responde: «Sí, Señor, los que compraste con tu sangre
preciosa». Se retira otra vez el Señor para seguir escuchando el cántico que ha
subido delante de Él: «Y a su esposa se le ha concedido, que se vista de lino
fino, lino limpio y resplandeciente, para recibir al Rey». Se acerca con
Gabriel y le dice: «Gabriel, ¿sabes que mi esposa la que me está cantando,
verdad?» Gabriel contesta: «Sí, Señor. Y qué bella se está volviendo. Casi no
podemos esperar hasta que la traigas contigo para estar acá por toda la
eternidad a tu lado y que podamos festejar esas grandiosas bodas que has estado
planeando por todo este tiempo». El Señor le dice: «Sí, ya casi estamos listos,
pero, escucha eso. ¿No se oye maravilloso?» Gabriel le dice: «Sí, Señor.
Se escucha hermoso». En ese instante
el volumen de la canción ha subido y ha cambiado un poco: «Hijo de Dios, recibe
hoy, toda la gloria, la honra y honor» vez tras vez lo repite la iglesia, la
novia, la amada del Señor. En ese instante ya no se puede detener las ganas el
Señor y voltea con Gabriel y Miguel y les dice: «Con permiso, muchachos, pero
yo tengo que estar en ese lugar donde me están cantando y adorando. He
prometido que cada vez que lo hicieran yo descendería en medio de ellos y les
darla pan, vino, aceite, Prosperidad y prometí que les quitaría todos sus
dolores y regaría su alma con mi frescura y con mi Espíritu.
Nos vemos después. Sigan adelante».
Y en ese momento Él desciende al Sion que usted y yo hemos construido para Él.
Oh, mi hermano, mi hermana, no sé si usted puede sentir el gozo, la
satisfacción que siento aun en este momento al escribir estas líneas, al saber
que cada vez que nos tomamos el tiempo de bendecirlo, de exaltarlo, de
recordarle de Sus grandezas Él desciende y habita entre nosotros, y donde Él
está, muchas cosas buenas pueden suceder. ¿Lo cree? Al estar Él en medio
nuestro, puede ver nuestras necesidades para suplirlas. Cuando Él habita en
medio de nuestras alabanzas, Él puede conocer los deseos de nuestro corazón
para que nos los pueda dar (Salmo 37.4). Nunca nos cansemos de construirle una
habitación donde Él pueda venir a morar entre nosotros. Vamos a ser personas
nacidas en Sion, y viviendo en Sion, para tener entre nosotros siempre la
presencia del Señor.
Lo que distingue al «sionista»
Vamos a llamar «sionista» a la
persona que nació y vive en Sion. ¿Recuerda que en el primer pasaje que leímos
en el Salmo 87 dice en el verso 5: «Y de Sion se dirá: Éste y aquél han nacido
en ella»? De nuevo en el verso 6 dice: "Yave contará al inscribir a los
pueblos: Éste nació allí». Es interesante ver que Dios sabrá inmediatamente
quiénes son los que vienen de Sion y quiénes no. Existen ciertas cosas que
caracterizan a los habitantes de Sion, que los separan de las demás personas,
de tal manera que cuando estemos todos entrando delante de la presencia física
del Señor en aquel grandioso y final día, Él sabrá quiénes vienen de Sion, y
quiénes vienen de las otras habitaciones. Dice el verso 4 que se «acordará» de
los otros lugares y hasta menciona a algunos de ellos. Pero hay algo especial
del sionista, algo que lo separa de todos los demás.
Al haber viajado alrededor de
América Latina, me he ido dando cuenta de las diferentes expresiones que se
utilizan en los distintos países. Hay ciertas expresiones y detalles culturales
que distinguen a nuestros hermanos latinos de diferentes países. Por ejemplo,
siempre que viajamos mi equipo y yo a cualquier otro país, quieren que hablemos
como el famoso «Chavo del Ocho» (creo que aparte de Cantinflas es el mexicano
más famoso entre los hispanos).
Todos piensan que en México todos
hablamos como el Chavo del Ocho, pero los que vivimos aquí sabemos que hay
acentos regionales que nos distinguen a unos de otros. Por ejemplo, los que
vivimos en el norte del país hablamos con otro acento distinto a los que viven
en el sur, etc. De igual manera, por haber convivido tanto con los «ticos»
(costarricenses), puedo escuchar a uno de ellos hablar e inmediatamente saber
de dónde viene. Ni se diga del argentino que tiene una manera única de hablar,
y que son los únicos a quienes les he escuchado la palabra que más les
caracteriza: «che». Sin mencionar a los acentos cubanos, ni el puertorriqueño,
y en fin, cada lugar de donde viene uno le da ciertas cosas que lo
caracterizan. Igual al «sionista». Hay ciertas expresiones, ciertas maneras de
ser, ciertas costumbres que mantiene el «sionista» que lo separan de todos los
demás. Aquí están algunas de esas características:
1) El gozo y la alegría. (Isaías
51.3 y 1 1; 35.10)
2) El canto y la música los rodea
(Isaías 51.3, Salmo 87.7)
3) La danza. Jeremías 31.13)
Gozo perpetuo. Siempre están alegres
(Isaías 35.10; 51.11)
El sionista es fiestero. Tiene
ambiente. Sabe gozar. Sabe cantar, sabe dar gracias en todo tiempo. No le
interesa lo que piensen los demás acerca de él. Sólo le interesa lo que piensa
el Señor de él. Por eso es que los sionistas, en ocasiones, no son muy
comprendidos, porque algunos moradores de las otras habitaciones (Filistea,
Rahab, etc.) no pueden comprender qué es lo que motiva al sionista a ser tan
«escandaloso». Recuerdo a un sionista que fue brutalmente criticado porque se
había «descontrolado» ante la presencia del Señor: David. Cuando ya estaban
cerca de Jerusalén con el arca del pacto en su posesión, no se pudo contener la
alegría y el regocijo, y comenzó a danzar con todas sus fuerzas de tal manera
que su esposa Mical pensaba que se estaba «exhibiendo» ante las sirvientas del
Rey.
Hasta la fecha están entre nosotros
los «Micales» que desde su balcón de seguridad y confort, lejos de estar
involucrados en la alabanza al Señor, lejos de estar gozándose junto con el
pueblo el gran acontecimiento de que la Presencia del Señor está regresando a
su lugar debido, están cómodamente sentados juzgando los acontecimientos,
midiéndolo con las reglas que usaba el régimen anterior. Pero al sionista no le
interesa mucho lo que le dicen los Micales, porque reconoce para quién lo está
haciendo y por qué lo está haciendo. Es otra de sus características, la
determinación. No importando qué sucede a su alrededor, el sionista siempre
está dispuesto a alabar y adorar al gran Rey de reyes y Señor de señores.
Hablando de David, es interesante
notar que es la única persona de quien Dios dijo que era un hombre «conforme a
su corazón» (Hechos 13.22). ¿Cómo habrá sucedido esto? ¿Habrá sido porque a
Dios se le «ocurrió» hacerlo así? No creo. Creo que allá en las praderas,
cuando David cuidaba las ovejitas, con su arpita en la mano, comenzó a
experimentar la presencia del Señor en medio de él. Descubrió ese «Sion» espiritual,
del cual escribió. Disfrutaba de comunión íntima con el Señor y sabía que el
Señor descendía cada vez que le tocaba su instrumento y le cantaba sus cantos.
David nació en Sion desde aquellos primeros años con las ovejas y el arpa, y
por eso Dios dijo que era un hombre «conforme a mi corazón». ¿Sabe cuál sería
una interpretación laica de esa frase «conforme a mi corazón»? La siguiente:
«Sabe lo que a mí me gusta. Me sabe complacer. Sabe lo que me cae bien».
¡Con razón David escribió tantos
salmos tan hermosos! ¡Con razón fue el rey más poderoso de todos los tiempos!
¡Conocía lo que era vivir en Sion! ¿No le parece que es un lugar maravilloso en
donde vivir? ¿No quisiera usted vivir en la habitación de Dios? Entonces,
busque Su presencia. Levante su adoración, su acción de gracias, su alabanza y
su celebración delante del trono de Dios, y El descenderá y habitará con usted
y recibirá todas las bendiciones que vienen con habitar en Sion.
Tenemos por qué cantar...
Canta, oh hija de Sion: da voces de
júbilo, Oh Israel: gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén.
Jehová ha apartado de Cristo sólo se hablaba de cuando iríamos a tus juicios,
ha echado fuera tus enemigos: Yave es Rey de Israel en medio de ti; nunca más
verás el mal. En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se
debiliten tus manos. Yave está en medio de ti, poderoso, él salvará: se
gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con
cánticos. Sofonías 3.14-17
Canta y alégrae, hija de Sion;
porque aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Yave. Zacarías 2.10
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